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Había un jefe de Hogar que le tenía muchas ganas a la niñera de la casa. Un día cuando su esposa salió fuera de la ciudad, correteó a la niñera por toda la casa con el fin de consumar su más bajos deseos. Al fin y después de mucho perseguirla, la arrinconó en la puerta de la despensa y ahí mismo la toma por sorpresa y paraditos apoyados en la puerta se lo manda guardar.
Una vez "acabado" su "rítmico" accionar, se lo saca y la mantiene tomada en brazos. Tras uno minutos la niñera se seguía moviendo, a lo que él dice: Te das cuenta María, lo supermacho que soy, te lo saqué hace como tres minutos y todavía te estás moviendo"
No patrón, le dice la niñera, lo que pasa es que me tomó por completo por sorpresa y no me dejó acomodarme y todavía tengo la manilla de la puerta metida en la Raja.