En la escuela la maestra de Pepito empieza a preguntar adivinanzas. Primero le pregunta a Juanito, a ver Juanito lana sube y lana baja, pasa el tiempo y Pepito se desespera y le responde a la maestra, "la navaja maestra, la navaja", muy bien Pepito.
A ver Joselito agua pasa por mi casa cate de mi corazón ¿que es?, nuevamente Pepito se impacienta y le responde, "el aguacate maestra, el aguacate", la maestra enojada le dice a Pepito, si me vuelves a contestar te saco de la clase.
Continua la maestra. le pregunta a Lupita, a ver Lupita que tiene el rey en la panza, y nuevamente Pepito se desespera y le responde "el ombligo maestra el ombligo".
Ya molesta la maestra le dice a Pepito "se me para y se me sale" a lo que Pepito le contesta "el chile maestra, el chile", "se me sale y no regresa", "el pedo maestra, el pedo", "se me sale y no regresa en un mes", "chingo a mi madre si no es la regla...."
Comentarios sobre este chiste
Estaba el doctor dando la clase de Anatomía masculina, y pregunta al azar:
¿Cuántos mililitros de semen salen en una eyaculación?
Los alumnos se quedan callados, y después de un silencio sepulcral dice una
alumna:
Quinientos mililitros, profe... A lo que el profesor responde:
Déjeme decirle señorita..., creo que a usted la mearon
Comentarios sobre este chiste
En un examen de ciencias el profesor le pregunta a una alumna: a ver señorita, ¿cuál es el músculo del cuerpo humano que puede aumentar 10 veces su tamaño desde el estado de reposo?
La alumna después de pensárselo un buen rato responde: el pene.
No, la pupila, pero felicite a su novio.
Comentarios sobre este chiste
Una profesora de secundaria les recuerda a sus alumnos que el examen final será al día siguiente. Les dice que no habrá excusas admisibles para no presentarse, a excepción de una severa enfermedad, o la muerte de algún familiar directo. El piola de siempre, en el fondo del salón, pregunta por lo bajo: ¿No podemos faltar por fatiga sexual extrema?
La clase entera hace su mejor intento para contener las risas (con poco éxito). cuando el silencio volvió al salón, la profesora sonrió simpáticamente al estudiante, sacudió su cabeza, y dulcemente le contestó su pregunta: No, no es una excusa, en ese caso, escriba con la otra mano.
Comentarios sobre este chiste
|