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Iba manejando hacia Maracay el otro día cuando decidí hacer una parada en un restaurante con baño público. La primera caseta estaba ocupada, así que entré en la segunda. Apenas me había sentado, oigo una voz en la caseta vecina: Hola, ¿cómo te va?
Yo no soy de esos que hablan con extraños en baños públicos. No sabiendo qué decir, finalmente contesté: Ahí, en la misma rutina...
Entonces la voz pregunta: ¿Qué rumbo llevas?
Me empieza a molestar un poco la situación, pero sin embargo, contesto: Bueno, voy a Valencia.
Entonces, oigo a la otra persona, toda confusa y molesta, que dice: ¡Mira, te llamo de vuelta en unos minutos! ¡Cada vez que te hago una pregunta, ¡me contesta un huevón en el baño de al lado!
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