Estaba Pepito en la clase y dice la profesora: ¡hoy vamos a hacer un juego muy divertido!. ¡Cuando yo diga un número ustedes me van a tener que cantar una canción con ese número!. Empecemos entonces. Haber Carlitos el número 2. "dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis.....". Juanito el número 3. "tres cerditos......". Ahora te toca a ti Pepito, ¿espero que no salgas con una rotería?. Bueno, bien difícil, el número 23. Pepito lo piensa un momento y dice: ¡diez las manos, diez los pies, el pico y los cocos son veintitrés!.

Pepito y su mamá van al Teatro Metropolitano de la Opera de la cuidad de New York. Pepito le pregunta a su mamá: ¿Mamá, por qué el hombre de la orquesta amenaza con su varita a la mujer que está en el escenario? Y su mamá le dice: No Pepito, no la está amenazando, dirige la orquesta. Y Pepito dice: pues si no la amenaza, ¿por qué está gritando ella?

La pequeña Rosita pide al precoz Pepito:
Oye, Pepito, ¿quieres ser mi novio?
Pepito no contesta nada, pero entra a su casa y sale después llevando un brassiere de dimensión más que generosa.
Mira, dice a Rosita entregándole la prenda, si quieres ser mi novia, primero tienes que llenar esta solicitud.

Murió Pepito y cuando llega al cielo lo recibe San Pedro y le dice: quien eres, le contesta: soy Pepito. San Pedro le contesta el de los chistes, dice Pepito: si. Olvídate aquí no puedes entrar te vas al infierno. Cuando llega al infierno el diablo lo recibe y le dice: quien eres, soy Pepito, el de los chistes le dice el diablo, espérame, al rato, regresa y le da unos fósforos y un bote de gasolina. Pepito le dice: y esto para que para que vayas a hacer tu infierno a otro lado.