Había una vez un padre que necesitaba mandar a pintar un cuadro de la ultima cena, pero al no encontrar quien no se lo pintara busco a un borrachito, y le dijo que le hiciera el cuadro de la ultima cena. El borrachito le dijo: esta bien deme el dinero que yo voy a ir a comprar las pinturas, el padre le dijo: no hijo mío yo voy a ir contigo porque si no voy contigo te gastas el dinero. Fueron a comprar la pintura, el padre se fue de vacaciones por 2 semanas, y cuando regresó encontró el cuadro ya terminado, pero vio que en vez de doce apóstoles había trece. Luego el padre llama al borrachito y le dijo que se había equivocado que en vez de hacer 12 hizo trece apóstoles. El le dijo no se preocupe que yo lo arreglo y le puso a uno de los apóstoles en el pecho: yo no soy apóstol ni nada, solo vine a comer y me fui a la chingada

Cierta tarde, un merolico se encontraba gritando a garganta abierta: pásele, pásele, Ud. no puede perder la oportunidad de ver al único hombre que tiene los pies donde debería tener la cabeza, gritaba jubiloso, sólo son $50.00, no pierda ésta gran oportunidad,¡ no se quede con la duda !. La gente se aglomeraba, la curiosidad iba en aumento. Así es, como Ud. lo escucha, el único hombre que tiene los pies donde debería tener la cabeza, la curiosidad mató al gato, la gente empezó a hacer fila, cada uno fue pagando la entrada, y de pronto se vieron todos dentro de una sala a media luz el frente se encontraba una gran plancha tapada con una misteriosa sábana blanca, se escuchó una música tétrica, se encendieron las luces y apareció, efectivamente una persona que tenía los pies donde debería estar la cabeza: ¡era un borrachito acostado con los pies en una almohada!.

Sube un borracho a un transporte público donde todos viajaban sentados, se detiene en el centro y con voz muy potente dice: - los de la derecha son unos tarados y los de la izquierda unos estúpidos -entonces se pone de pie un señor y le dice: oiga usted, ¡yo no soy ningún estúpido!. ¡entonces cámbiate de sitio tarado

Era un borracho que va a la iglesia y se arrodilla enfrente de un crucifijo y dice: Cristo envíame algo de dinero...el sacerdote de la iglesia esta observándolo y piensa...pobre hombre déjame dejarle un billete de cien pesos...el borracho vuelve al otro día y hace lo mismo, se arrodilla y dice: Cristo envíame algo de dinero...el sacerdote lo ve de nuevo y esta vez también le deja el billete de cien pesos, pero cuando el borracho se marcha , el sacerdote quita el crucifijo de la pared y coloca otro más pequeño...cuando el borracho regresa al día siguiente y dice: Cristo envíame algo de dinero, el borracho nota que pasan más de cinco minutos y no ve el billete de cien pesos y dice al crucifijo: cristico, busca a tu papá que yo no trato con niños..