¿Saben como quemamos a los años viejos (monigotes), este año en Ecuador por lo del fenómeno del niño?
Con agua caliente.
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Se encuentra un abogado con un cliente en su oficina, mientras que un buitre lo miraba por la ventana.
Al día siguiente se presenta la misma escena, y así sucesivamente durante varios días. Hasta que un día tocan la puerta de la oficina del abogado. Este abre la puerta y se encuentra con el buitre. Y tu que quieres pregunta el abogado; a lo que el buitre responde: tu cómo te los puedes comer vivos!
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Filosofía con profundidad...
Cuando tenía 14 años, esperaba algún día tener una novia
Cuando tuve 16, tuve una novia, pero no había pasión.
Entonces decidí que necesitaba una mujer apasionada, con ganas de vivir. En la facultad salí con una mujer apasionada, pero era demasiado emocional. Todo era una emergencia, era la reina de los dramas, lloraba todo el tiempo y amenazaba con suicidarse.
Entonces decidí que necesitaba una mujer estable. Cuando tuve 25 anos encontré una mujer muy estable, pero aburrida, era totalmente predecible y nunca la excitaba nada. La vida se hizo tan plomiza que decidí que necesitaba una mujer mas emocionante.
A los 28 encontré una mujer excitante, pero no pude seguir su ritmo. Iba de un lado a otro sin detenerse en nada. Hacia cosas impetuosas y coqueteaba con cualquiera que se le cruzara. Me hizo tan miserable como feliz. de entrada fue divertido y energizante, pero sin futuro.
Entonces decidí buscar una mujer con alguna ambición.
Cuando llegue a los 31, encontré una chica inteligente, ambiciosa y con los pies sobre la tierra. Decidí casarme. Era tan ambiciosa que me pidió el divorcio y se quedo con todo lo que tenia.
Ahora, a los 40, me gustan las mujeres con tetas grandes.
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Un gitanillo va con su padre por un camino, y el niño comienza la siguiente conversación:
Hijo: papá, papá, llévame a burriquín.
Padre: hijo, hoy no puedo que me duele mucho la espalda.
Hijo: anda papá, llévame a burriquín.
Padre: no hijo, que hoy no puedo que me duele la espalda.
Hijo: anda papi, llévame a burriquín.
Padre: hijo, no seas pesado, no ves que me duele la espalda y ya estamos cerca de casa.
Hijo: jooo papá, porfa, llévame a burriquín.
Padre: pero vamos a ver hijo, ¿tú para qué quieres ir a burriquín ahora?
Hijo: para comer hamburguesas como los niños payos.
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