Era un campesino que siempre que sembraba elotes se los robaban. Un día puso un letrero que decía “El que me robe los elotes le meto la verga”, y un dic se encuentra un wey y le dice: deje los elotes ahí!. Y el otro todo temeroso los deja y el señor le dice: bájese los calzones que le voy a meter la verga o que no vio el letrero??? ¿Si señor? Y se lo metió hasta el fondo. El otro cabron le dice: oiga señor, que es eso que me esta testerestiando las nalgas??? Son los huevos...!!! pus métamelos también. Y pa’que quiere que le meta los huevos también??? Es que también me quiero robar unas calabacitas...

Hace diez años un joven antropólogo de Alemania hizo un estudio en las regiones rurales de El salvador y al ver a un campesino montado en una mula le pregunta:¿por qué tu mujer viene casi diez metros atrás?
Esa es una vieja tradición. deben hacer eso en señal de respeto a nosotros los hombres.
Años después vuelve y por una extraña coincidencia encuentra al mismo campesino cabalgando en la mula, sólo que esta vez la pobre mujer va diez metros adelante.
¡hombre! ¿que pasó, cambió la tradición? ¡no! ¡es que ahora los guerrilleros han tomado la costumbre de poner minas en el suelo!!!

Un día un escritor famoso, decidió crear una obra nueva, y para que la obra fuera más realista, fue a un pueblito para que la gente del lugar le cuente sus anécdotas y al llegar al lugar encontró a un viejito sentado sobre una piedra afuera de su casa, el escritor se acerco, le conto su idea de trabajo y pidió que le contara una de sus anécdotas, y el viejito comienza a contar su historia..

"Vera ushted mushasho, hace 2 meshesh, se perdió una de lash cabrash de mi primo, entonshesh, todosh losh hombresh del pueblo nos armamosh de meshcal y nos fuimosh a buscar a la cabra, ya en la noshe, todosh bien borrashosh, apareshio la cabra e hishimosh barbaridadesh y media con ella... pobrecita"

Pero señor una historia de animales en esa penosa situación no le interesa tanto a la gente, cuentéme otra historia, de personas...

"Vera ushted mushasho, hace como 20 diash, se perdió la eshposha de mi compadre, entonshesh, todosh losh hombresh del pueblo nosh armamosh de meshcal y nos fuinosh a bushcar a la sheñora, ya en la noshe, todosh bien borrashosh, apareshio la comadre e hishimosh barbaridadesh y media con ella... pobreshita de mi comadre".

Señor si me cuenta una historia triste que la haya pasado a usted, para que a los lectores les interese la obra, se lo agradecería mucho.

Entonces al viejito se le nubla la vista, voltea la mirada al suelo, una lagrima rueda por su mejilla, agacha la cara y dice...

"Verá ushted joven el otro día me perdí en el cerro... ... ... ...

Había un hombre tan honesto, pero tan honesto que cuando encontró trabajo lo devolvió.